En la siguiente colaboración, Graham Summers, de Phoenix Capital Research, apuesta por una nueva ronda de Quantitative Easing por parte del Banco de Japón y del Banco Central Europeo, debido al desgaste político que provoca una política de tipos de interés negativos (en Japón y Alemania, sobre todo) y a la falta de resultados prácticos de esta política, pues según los datos oficiales la inflación no está repuntando ni en Japón ni en la eurozona. Summers apoya sus tesis en las comunicaciones recientes del Banco de Japón y del BCE en sus respectivos sitios web.
Tal vez, estas expectativas subyacen en la euforia actual de los mercados europeos, que están escalando estos días hacia zonas de resistencia.
Graham Summers, Chief Economist de Phoenix Capital Research
La política de tipos de interés negativos (NIRP, por sus siglas en inglés) ha sido un fracaso como herramienta de política monetaria
El Banco Central Europeo ha aplicado cuatro recortes de tipos de interés, todos en zona negativa, desde Junio de 2014. A pesar de ello, la inflación de la eurozona se ha mantenido estable en niveles bajísimos.

El caso de Japón es parecido. El Banco de Japón también ha aplicado, desde febrero de 2016, una política de tipos de interés negativos, y, sin embargo, desde entonces el Yen se ha revalorizado en vez de perder valor.

Mientras tanto, la inflación japonesa tiende la baja:
«El gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, ve a menudo repuntes de inflación en los precios de los bienes, en parte gracias a que el banco ha adoptado una nueva versión para el cálculo del IPC que excluye la energía pero incluye los alimentos procesados. Sin embargo, la ligera tendencia al alza de los precios se ha ralentizado durante los últimos meses.»
«De acuerdo con Nowcast, una empresa que procesa datos escaneados de los supermercados para identificar por adelantado tendencias inflacionistas, el IPC subyacente o estructural cayó del 1,42% anual en diciembre al 1,31% anual en enero, al 1,21% en febrero y al 1,16% en marzo.»
Fuente: Financial Times
Dicho en pocas palabras, la política de tipos de interés negativos, de hecho, tiene más bien efectos deflacionistas, pues tiende a atemorizar a ahorradores e inversores, que al final acaban acumulando billetes en efectivo.
Psicológicamente, la gente suele ser más temerosa de perder lo que ya tiene que de dejar pasar de largo algunos beneficios potenciales. En una política de tipos de interés negativos lo que es seguro es que el ciudadano corriente siempre va a perder algo de lo que tiene. De ahí, el efecto deflacionista de esta medida para el consumidor.
Es previsible que los bancos centrales hagan marcha atrás con la política de tipos de interés negativos en los próximos meses. El desgaste político con los ahorradores es evidente (NT en Alemania, por ejemplo), por lo que es poco probable que esta controvertida política pueda mantenerse por un largo periodo de tiempo.
Esto nos dejaría con la Quantitative Easing como la última, y única, herramienta viable de la política monetaria.
De hecho, tanto el Banco de Japón como el Banco Central Europeo están preparando los mercados para una nueva ronda de Quantitative Easing.
El Banco de Japón ya estaba barajando esta idea desde bastante antes de comenzar a aplicar su política de tipos de interés negativos. Debido a las secuelas negativas de esta política, es previsible que amplíe el programa de QE en el futuro próximo:
«El resumen de la reunión de enero del Banco de Japón pone de manifiesto que el banco está abierto a ampliar su masivo programa de flexibilización cuantitativa (QE).»
«Las actas de la reunión del pasado 28-29 de enero mostraban que los responsables del banco ya ponderaban la posibilidad de expandir las masivas compras de activos y de introducir tipos de interés negativos, antes de decidirse por esta última opción. La nueva perspectiva añadirá probablemente más expectativas a la posibilidad de que el banco central pueda sacarse de la manga más medidas de estímulo monetario a través de ambos canales incluso a partir del mes que viene para revitalizar su lucha contra la deflación…»
«Uno de estos canales sería la “expansión del QQE (Quantitative and Qualitative Easing) que consistiría en una aceleración del ritmo de ampliación de la base monetaria y de la compra de activos”, citando literalmente a las actas de la reunión. El QQE consiste en un programa de compra de activos mediante el cual del Banco de Japón ha inyectado dinero en el sistema bancario a un ritmo anual de 80 billones de Yenes desde octubre de 2014, para provocar inflación.»
Fuente: Marketwatch
Mientras tanto en Europa, existen planes para expandir el Quantitative Easing, habilitando también a los bancos centrales nacionales, junto con el BCE, para comprar activos financieros. A continuación citamos la actualización de ayer (18 de abril) del sitio web del BCE:
«En la ejecución del programa de compras del sector público (PSPP; por sus siglas en inglés), el eurosistema pretende llevar a cabo compras de activos con un enfoque gradualista y amplio, con la intención de conseguir una neutralidad en el mercado, para no interferir con el mecanismo de formación de precios de mercado.»
«En principio, estará permitido la compra de instrumentos de deuda que coticen en el mercado con una rentabilidad negativa hasta vencimiento, siempre que dicho rendimiento sea superior a la tasa de la facilidad de depósito.»
«De acuerdo con la configuración del programa PSPP, se pueden llevar a cabo compras sustitutivas si las compras de instrumentos de deuda emitidos por gobiernos centrales o agencias suyas necesitan ser complementadas para implementar la cuota de cada banco central nacional a través de las programas de compra de activos (APP por sus siglas en inglés). Dada la extensión del programa de compra de activos hasta marzo de 2017 y el incremento de las compras mensuales hasta 80 millardos de euros, está previsto que algunos bancos centrales nacionales participen en las compras sustitutivas (Traducción en lenguaje llano: los bancos centrales nacionales participarán en el programa de compra de activos)»
Fuente: BCE Europa (18 de abril)
En suma, tanto el BCE como el Banco de Japón están preparándose para expandir en breve sus programas de QE. Tal vez por esos tanto el oro como la plata estén mejorando sus cotizaciones.

Los bancos centrales están calentado las imprentas. Prepárense para un despegue de la inflación en breve.
Graham Summers